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Análisis. Invernada: precios récord con
tendencia sostenida para la próxima zafra
María Julia Aiassa -ROSGAN-
lacapital.com.ar
A pesar de la mejora registrada en los valores del gordo durante el último
mes, los precios de la invernada siguen corriendo la vara para el engorde, cuyos números
continúan sin cerrar. Estacionalmente, noviembre y diciembre suelen ser meses de valores
elevados para la invernada puesto que la oferta de terneros comienza a escasear y la
demanda puja para no quedar desabastecidos previo a la próxima zafra. Pero en los
últimos años no solo primó una cuestión de cobertura operativa -aquella que permite
sostener los niveles de actividad-, sino que uno de los principales impulsores de esta
demanda es la necesidad de mantener una posición de compra que evite el hecho de quedar
descubiertos ante eventuales correcciones devaluatorias.
En efecto, en los últimos 10 años, los períodos en los que se observa una clara
tendencia alcista en el precio de los terneros coinciden precisamente en momentos de
elevada expectativa devaluatoria, ante ampliaciones significativas de la brecha cambiaria.
En el último mes, el valor del ternero en Rosgan marcó un promedio de $288,7 el kilo, lo
que equivale a una suba del 83% respecto de noviembre de 2020, a valores corrientes.
Medido en moneda constantes, el valor promedio alcanzado en el mes de noviembre es un 36%
superior al promedio de los últimos 10 noviembres. En tanto que, si tomamos el promedio
acumulado desde comienzo de año ($261) la mejora contra el valor medio de la última
década se ajusta al 29% lo que implica que la mayor suba de valores se produjo de manera
más pronunciada en los últimos meses, septiembre en adelante.
No todo es atribuible a una cuestión de expectativas, sino que también entra en juego la
escasez real de oferta que existe este año en el mercado.
De acuerdo a los datos de stock bovino al 31 de diciembre de 2020, este año comenzó con
un faltante estructural de 657 mil terneros y terneras menos, comparado con los casi 15
millones de cabezas contadas un año atrás.
Si se analiza el número total de animales trasladados con destino a Invernada y a Cría,
observando la distribución mensual de los mismos en comparación con años anteriores
notamos que este año, el mayor bache de oferta real de este tipo de hacienda se dio en el
mes de mayo (unos 500 mil animales menos que en 2020), en plena disrupción de la
actividad comercial tras conocerse las primeras medidas de cierre de exportaciones. A
partir de entonces, el movimiento de hacienda continúo mostrando un comportamiento muy
ajustado a su patrón normal, aunque nunca llegó a compensar plenamente aquel faltante.
De acuerdo a la estadística del Senasa, de enero a noviembre de este año se registraron
traslados de terneros/as por 8.988.063 cabezas, 422 mil menos que en igual período, un
año atrás.
Hasta el mes de julio, la proporción de terneros/as trasladados a este tipo de
establecimientos había descendido al 16%, comparado con el 20% a julio de 2020 y el 22%
en igual período de 2019. Esto es una tendencia que comienza a consolidarse, ante un
escenario de costos crecientes -granos, energía, estructura en general- y criadores que
tienen a extender las recrías como una forma de avanzar hacia la etapa de engorde,
agregando kilos y valor adicional a su producto.
La zafra de terneros 2022 nuevamente plantea una oferta de animales restringida. Menos
vacas y vaquillonas en stock al 31 de diciembre de 2020 (-160 el mes de mayo (unos 500 mil
animales menos que en 2020), en plena disrupción de la actividad comercial tras conocerse
las primeras medidas de cierre de exportaciones. A partir de entonces, el movimiento de
hacienda continúo mostrando un comportamiento muy ajustado a su patrón normal, aunque
nunca llegó a compensar plenamente aquel faltante. De acuerdo a la estadística del
SENASA, de enero a noviembre de este año se registraron traslados de terneros/as por
8.988.063 cabezas, 422 mil menos que en igual período, un año atrás. mil cabezas) y una
primavera 2020 que para varias zonas ganaderas significó por segundo año consecutivo una
temporada de servicios deficiente con caída en las tasas de preñez, podría llevarnos a
un menor número de terneros destetados el próximo año o, al menos, un número similar
que no permitirá descomprimir el faltante de hacienda para engorde registrada este año.
En este contexto, los valores con los que está cerrando el año la invernada, sumado a
las perspectivas de una zafra que no pareciera ofrecer la posibilidad de recuperar nivel
de oferta, generan expectativas de precios muy positivos para el próximo ciclo en el que
el criador sería nuevamente uno de los eslabones más beneficiados de la cadena.
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